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Sembrar y fortalecer nuestros principios parte en el hogar y se afianza en la escuela

Por: Araceli Apaza Ranilla (13)

En tiempos donde las redes sociales, el internet, la tecnología y los recursos materiales predominan es válido preguntarse ¿estamos perdiendo valores esenciales en la sociedad?

A veces un simple saludo puede decir más que una libreta o una califi cación. En la escuela no solo se espera que se aprendan matemáticas o ciencias, sino que también desarrollen principios como el respeto, la tolerancia, la honestidad y la empatía. Sin embargo, se han comenzado a notar cambios en la forma en que nos relacionamos entre todos.

Ciertamente los valores deben venir desde casa, ya que guían nuestra forma de vivir y actuar. Pero pequeños gestos como ignorar a un compañero, no saludar, ni tocar la puerta o responder sarcásticamente demuestran todo lo contrario.

El deterioro de estos principios puede verse refl ejado en faltas de respeto hacia los docentes o entre estudiantes. Parece primar las mentiras, el bullying, la falta de solidaridad, la ambición y la injusticia en el mundo.

A pesar de estas alarmantes señales aún hay gestos que demuestran que los buenos principios siguen presentes en nuestra escuela, como: estudiantes que se preocupan por un compañero cuando se siente mal, que ayudan a alguien que tiene difi cultades con una materia o que apoyan en momentos difíciles. Son justamente estas acciones las que deberían de ser admiradas. Una buena acción no se fuerza, solo nace y se hace.

Uno de los valores más destacados es la empatía, que consiste en comprender antes que juzgar si somos empáticos dejamos de lado los prejuicios y tratamos de comprender cómo se siente o piensa el otro. Tenemos también la tolerancia que más que “aguantar” a los demás o ceder a todo es aceptar que no todos piensan igual que nosotros, sino que cada uno tiene diferentes ideas o capacidades, y debemos respetar la forma de pensar de cada uno.

Todos estos principios se ponen en práctica en la escuela.

Rescatar y fortalecer los valores en nuestro colegio no es trabajo de un solo individuo, ni se obtiene de un día para otro, sino que requiere la voluntad y compromiso de cada uno de los estudiantes y docentes.

Es necesario recalcar que cada acción y cada gesto tiene un impacto en los demás. La forma en que nos expresamos, escuchamos o apoyamos, aunque no lo creas, edifi can nuestra sociedad, siendo la piedra piramidal: la familia.

Hay que darse cuenta que los estudios son fundamentales, pero sin valores todo esto pierde humanidad. Dicho esto, podemos hacernos esta nueva pregunta ¿Qué estoy haciendo yo para tener una mejor convivencia en mi entorno?

cambiar esa actitud indiferente. Cambiar nuestro carácter puede ser complicado, pero no es imposible. Porque los valores están dentro de cada ser humano y no se pierden si los desarrollamos y fortalecemos entre todos.

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