Por Micaela Delgado, estudiante de quinto de secundaria
“Mi primer MUN fue algo realmente frustrante. No ganar, sentir que no me había preparado lo suficiente, sentir que mis argumentos y propuestas no eran sólidos, ver cómo había chicos que destacaban mientras yo intentaba mantenerme a flote; sentía que lo mejor era renunciar.
Afortunadamente no lo hice y hoy en perspectiva, puedo afirmar que estaba realmente equivocada…
En el segundo MUN logré una mención honrosa; aunque no fue el premio del mejor delegado, me sentí bastante emocionada y esa fue la “señal”. Quería lograr el premio de mejor delegado, y el 2024, lo logré. No solo del comité en el que participé, sino de todo CATOMUN 2024.
A lo largo de estos tres años he participado en modelos en Arequipa y algunos en Lima, en muchos obtuve premios y en otros no. De lo que si estoy convencida es que nunca perdí, porque en todos gané algo muy importante: experiencia y fortaleza para seguir.
Más allá de lo académico, el MUN tuvo un impacto realmente significativo en mi vida, ya que llegó en un momento demasiado difícil y puedo decir que este me empoderó enormemente.
Hoy miro hacia atrás y veo cada MUN, cada comité y pienso que fue algo que me ayudó a no rendirme, a creer en mis capacidades, a entender que el éxito no solo está en los diplomas o trofeos, sino que está en la evolución personal… Si algo puedo decir a los nuevos, es que nunca duden de sí mismos y sigan adelante con lo que realmente les apasiona, porque el mayor logro no es un reconocimiento, sino perseverar cuando sientes que ya no puedes.”

















