Por: Andre Colque Kala (16 años)Daniela Quino Bernabe (16 años)Jhon Pinto Enriquez(16 años)Yeremi Yanque Churo (16 años)
Alumnos demuestran que la creatividad y la conciencia ambiental son una poderosa combinación para un futuro más sostenible.
Mientras muchos adultos siguen sin hacer nada ante la crisis ambiental, escolares sorprenden con sus novedosos proyectos. Con ingenio y conciencia ecológica, alumnas de primaria y secundaria de la I.E Casa de Caridad han desarrollado formas de transformar los residuos diarios en materiales útiles, ganando reconocimiento e inspirando el cuidado ambiental.
Papel a base de residuos orgánicos
En cuarto de primaria se fijaron en lo que muchos consideramos simple basura: las cáscaras de choclo, piña y otras frutas. Lejos de ver solo desechos, ellas visualizaron una oportunidad.
«Nosotras observamos que había mucha cantidad de desechos que se podrían convertir en algo nuevo y ayudar al ambiente».
Motivadas por esta observación, se dieron a la tarea de investigar y experimentar, logrando crear un papel completamente ecológico a partir de residuos orgánicos. Su proyecto no solo es un ejemplo, sino también una lección sobre aprovechamiento de recursos.
Esta iniciativa, transforma un problema de contaminación en un recurso valioso y sostenible.
“Eco-plastic” Una nueva vida para el plástico
En un salón de mayor grado, Ariadna Chambi elaboró un proyecto «Eco Plastic», una innovadora propuesta para reutilizar bolsas plásticas, dándoles una nueva vida y evitando que dañen los ecosistemas.
La excelencia de su trabajo fue tan evidente que ganó un concurso de la UGEL Norte. Al escuchar su nombre, Ariadna se sintió confundida. “No sabía si era yo”.
Esa confusión momentánea fue el comienzo de una inmensa alegría, al comprender que su solución ambiental había sido reconocida en uno de los foros más importantes para su educación.
Proyectos como estos demuestran que la educación de calidad es aquella que motiva a los estudiantes para hacer el cambio positivo en su sociedad.
Estas ideas son faros de esperanza. Nos recuerdan que las soluciones a los grandes desafíos ambientales pueden empezar con una simple observación.



















