Valorando la curiosidad e ideas de los jóvenes.
Por: Fabián López Palomino (16)
Mientras otros países líderes luchan por formar ciudadanos críticos, nosotros aún peleamos por superar la educación basada en la memorización. La brecha es inmensa, pero ya hemos comenzado a construir nuestro puente.
En el Perú, la enseñanza de ciencias a nivel escolar presenta múltiples barreras que limitan su verdadero potencial, aunque esta área se ha desarrollado a nivel nacional mediante ferias de ciencias y proyectos estudiantiles, aún nos encontramos muy lejos del nivel académico de países a la vanguardia.
En países como Finlandia o Corea del Sur, los escolares no solo aprenden a seguir fórmulas o repetir información ciegamente, también desarrollan su pensamiento crítico, impulsándoles a tomar cartas en los problemas de su entorno mediante la experimentación, el cuestionamiento y la búsqueda de soluciones. En cambio, en muchas escuelas peruanas, la ciencia se limita a los libros, sin oportunidad para crear.
A pesar de esto, nacen señales de cambio, como la Feria STEM en Arequipa y muchas otras ferias en el territorio nacional, las cuales demuestran que la investigación puede florecer en todos los contextos. En estas ferias nacen ideas relacionadas con la robótica, psicología, física y biología, impulsadas por estudiantes que confían en su ingenio para cumplir su sueño de mejorar la vida de los demás.
No obstante, estas iniciativas necesitan más miradas, manos y compromiso. Hoy, cada ciudadano puede ser parte de este movimiento apoyando a las escuelas, valorando la curiosidad de los jóvenes y creyendo en el poder del conocimiento. La ciencia no solo pertenece a los laboratorios, también vive en quien se atreve a preguntar, crear y aportar soluciones.
Enseñar ciencia no es solo enseñar teoría, es también despertar la capacidad de transformar los sueños en realidades, y ese despertar puede empezar hoy, en cada estudiante, maestro y persona que crea que el futuro del Perú se construirá sobre los cimientos de la ciencia.
