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Llevemos alegría a todos los corazones y rincones

    Cada gesto, cada sonrisa y cada palabra de aliento se convierten en un regalo invaluable.

    Por: Angeli Flores Reyes (16)

    Las familias tienen la labor de sembrar en sus hijos los valores de la empatía y la generosidad, enseñándoles que la verdadera alegría se encuentra en dar y no solo en recibir. Cada año tenemos la oportunidad de llevar alegría a distintos rincones de la ciudad, que necesitan cubrirse con el espíritu navideño y la fraternidad que caracteriza a nuestra Arequipa. Estos gestos no están sustentados en lo económico, sino en la voluntad.

    En estas fechas tan especiales, el ambiente empieza a llenarse de amor, solidaridad y esperanza. En el colegio Domingo Savio, desde los más pequeños de inicial, que aguardan con ilusión entregar sus regalos, hasta los adolescentes de secundaria, que culminan con orgullo sus proyectos solidarios. Todos los miembros de la comunidad educativa se unen con un propósito común: compartir con quienes nos necesitan.

    Por semanas, alumnos y docentes han venido preparando con entusiasmo diversas iniciativas de bondad. Los alumnos de inicial invitan a compañeros de otras instituciones para poder compartir un momento de recreación juntos. Los estudiantes de primaria y secundaria se organizan para visitar orfanatos, asilos y comunidades vulnerables, donde cada gesto, cada sonrisa y cada palabra de aliento se convierten en un regalo invaluable.

    Estas acciones reflejan la esencia de los valores que compartimos como partes de una comunidad, ser personas íntegras, capaces de mirar más allá de sí mismas y comprometerse con el bienestar de los demás. En un mundo donde a menudo prevalece la indiferencia, los estudiantes demuestran que la solidaridad sigue siendo una fuerza que puede transformar realidades.

    Así, la Navidad no se mide por las luces ni los adornos, sino por los corazones que se abren al servicio. Cada actividad, cada visita y cada sonrisa compartida confirman que el verdadero espíritu navideño vive en la entrega, la compasión y el amor al prójimo. Esta enseñanza es algo que todas las generaciones deben llevar al mundo, reflejando el deber de ser un componente íntegro de la sociedad.

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